En el marco del Día del Niño y la Niña, las organizaciones civiles de la Alianza por la Salud Alimentaria hacen un pronunciamiento para visibilizar la profunda preocupación por la inacción del Estado en la garantía del derecho a la salud y bienestar de niñas, niños y adolescentes en México.

Nuestro país, presenta uno de los mayores retos en salud pública por malnutrición, actualmente ocupa el 5º lugar de obesidad en el mundo, y advierte un aumento particularmente rápido de la obesidad infantil. De continuar con las tendencias actuales, se prevé que para 2030, 7 millones de niñas y niños de 5 a 19 años vivirán con dicha condición (43% de la población).

La obesidad infantil no sólo afecta la calidad de vida, la educación, la salud física y mental, también tiene consecuencias económicas catastróficas e insostenibles para el país, puesto que, su atención asciende a más de 650 mil millones de pesos (3% PIB), dichos costos no toman en cuenta los demás factores de riesgo como la diabetes.

Uno de los principales determinantes de la epidemia de obesidad infantil es la mala alimentación, detonada por entornos no saludables, acompañada de una publicidad desmedida y agresiva de productos malsanos que invaden cualquier ambiente donde se desenvuelven niñas y niños, incluyendo las escuelas.

Señaló que el pasado 20 de abril, organizaciones de las naciones unidas, instituciones de gobierno y academia realizaron un posicionamiento conjunto en el que mostraron su interés y preocupación por proteger el interés superior de la niñez para gozar de una alimentación saludable, nutritiva, suficiente y de calidad e incentivar los entornos escolares saludables.

Agregó que el Estado es quien debería velar y proteger el bienestar de los estudiantes y garantizar sus derechos como una prioridad por encima de cualquier interés público y privado.

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