Redacción
Más de 55 millones de personas en todo el mundo tienen algún enfermedad vinculada con la demencia, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este número casi se duplicará cada 20 años, llegando a 78 millones en 2030 y 139 millones en 2050. Gran parte del aumento se producirá en los países en desarrollo.
Frente al avance de esta enfermedad mental, los científicos investigan cómo prevenir o retrasar su aparición. Ahora, un nuevo análisis demostró que un estilo de vida saludable podría retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer hasta seis años y acortar la duración del tiempo que se vive con demencia, según un nuevo estudio prospectivo realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan y su par de la Universidad de Chicago que acaba de publicarse en The british medical journal.
Aunque ya se sabía que una buena dieta, el ejercicio físico y reducir el consumo de tabaco y alcohol ayudaba a las personas a vivir más tiempo, se desconocía si esos años adicionales se verían arruinados por enfermedades del envejecimiento, como el Alzheimer.
El nuevo estudio determinó que las personas con cuatro o cinco factores de estilo de vida saludable (que abarcan una buena dieta, actividad cognitiva estimulante, ejercicio físico regular, una vida sin tabaquismo y consumo moderado de alcohol) a los 65 años vivían más que sus coétaneos con cero o uno de los factores saludables, explicó Klodian Dhana, especialista del Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago. Las mujeres, según detectaron los científicos en sus investigaciones, agregaron 3,1 años de vida, mientras que los hombres 5,7 años.
De su esperanza de vida total a los 65 años, las mujeres con cuatro o cinco factores saludables pasaron el 10,8 % de los años restantes con demencia de Alzheimer, mientras que las mujeres con cero o un factor pasaron el 19,3 %, informaron. Los hombres con cuatro o cinco factores saludables pasaron el 6,1 % del resto de su vida con demencia, mientras que los que tenían cero o uno pasaron el 12 %. “A los 85 años, estas diferencias eran aún más notables”, indicó Dhana.
Los estilos de vida saludables se han relacionado con un menor riesgo de demencia de Alzheimer y una vida más larga, “pero con el aumento de la esperanza de vida, más personas alcanzan edades en las que el deterioro cognitivo y la demencia se vuelven cada vez más comunes. La edad avanzada se asocia fuertemente con un mayor riesgo de demencia, por lo que, aunque un estilo de vida más saludable podría retrasar la aparición de la enfermedad, también podría aumentar la cantidad de años que se pasan con demencia”, señaló HwaJung Choi, coautor del estudio y profesional de la Universidad de Michigan.
“Una mejor comprensión de este matiz (años vividos con demencia versus sin ella) es importante para evaluar las implicaciones generales de las intervenciones que promueven un estilo de vida saludable para los individuos, las familias y la sociedad. Claramente, reducir la incidencia y la prevalencia de la demencia es un imperativo urgente de salud pública para los sistemas de atención sostenibles a largo plazo -añadió el investigador-. La enfermedad de Alzheimer y otras demencias se encuentran entre las condiciones de salud más caras, tanto económica como socialmente, y tienen un profundo impacto en las personas que las padecen, sus familias y la sociedad en general”.
Se estima que 6,5 millones de adultos en EEUU tienen demencia. El costo nacional del cuidado de personas con Alzheimer y otras demencias se estima en $321 mil millones en 2022, según la Asociación de Alzheimer de ese país. Además, los familiares y amigos aportan $271 mil millones más en cuidados no remunerados.
En su análisis, Dhana y sus colegas evaluaron datos de 2.449 adultos mayores con una edad promedio de 76 años en el Proyecto de Salud y Envejecimiento de Chicago (CHAP) que fueron reclutados entre 1993 y 2009. La población del estudio incluyó a 2.110 personas sin demencia de Alzheimer al inicio del estudio y 339 personas con demencia de Alzheimer prevalente. Más de la mitad de los participantes (57% de mujeres y 56% de hombres) eran afroamericanos.
Los participantes completaron cuestionarios detallados de frecuencia alimentaria y estilo de vida. Y se evaluaron cinco factores de un estilo de vida saludable:
1 – Una dieta rica en cereales integrales, vegetales de hojas verdes y legumbres y baja en comida rápida, comida frita y carnes rojas
2 – Actividades cognitivas estimulantes como leer, hacer crucigramas, jugar o visitar un museo
3 – Actividad física moderada o vigorosa, al menos 150 minutos a la semana de incluyendo caminar, jardinería o natación
4 – No fumar
5 – Bajo o moderado consumo de alcohol
La calidad de la dieta se determinó utilizando la puntuación de la dieta Mediterranean-DASH Diet Intervention for Neurodegenerative Delay (MIND), que se ha asociado significativamente con un deterioro cognitivo más lento y un menor riesgo de demencia de Alzheimer incidente.
Para cada factor de estilo de vida, los participantes recibieron una puntuación de 1 si cumplían con los criterios de salud y 0 si no. Se sumaron las puntuaciones de cinco factores del estilo de vida para obtener una puntuación final de 0 a 5, donde una puntuación más alta indica un estilo de vida más saludable.
Los resultados mostraron que a los 65 años, las mujeres con un estilo de vida saludable podían esperar vivir hasta los 89 y los hombres hasta los 88. En cambio, la esperanza de vida promedio para las mujeres con hábitos no saludables era de 86 años y de 82 para los hombres.
Para las mujeres con un estilo de vida saludable, solo se perdieron 2,6 años por la enfermedad de Alzheimer y 1,4 para los hombres. Pero las mujeres enfermas sufrieron un promedio de 4,1 años de demencia, mientras que los hombres pasaron 2,1 años con la enfermedad.
El estudio sugirió que la edad aproximada de aparición de la demencia entre las mujeres sanas sería alrededor de los 86 años, en comparación con los 81 años de las no sanas. Para los hombres sanos, se puede esperar que el Alzheimer comience alrededor de los 86 años, pero los hombres no saludables pueden esperar un diagnóstico 6 años antes, alrededor de los 80 años.